Una vez finalizada nuestra increíble estancia en la zona de los Dolomitas, toca continuar nuestro camino hacia el siguiente destino, Padua.
Pero espera, espera…
¿Por qué no aprovechar la ruta desde Bresanona a Padua y hacer una paradita en el Lago di Garda?
Nos han hablado muy bien de este lugar, intentamos parar cuando íbamos camino a Verona, pero había mucho tráfico de camiones y nos saltamos la salida hacia Sirmione.
Una pena, porque nos apetecía un montón conocerlo, pero es mediodía, el calor aprieta, y dar la vuelta para tomar de nuevo el desvío puede ser mucho lío, así que nos quedamos con las ganas.
Pero en la vida a veces surgen segundas oportunidades y hay que aprovecharlas, así que ahora si que si.
¡Vámonos al Lago di Garda!
El Lago está ubicado en la zona norte de Italia, es el más grande del país y está rodeado por diferentes localidades de gran interés sobretodo para descansar, disfrutar del sol y las vistas, así como por los «Castellos» que encontramos en pueblecitos con mucho encanto.
Nosotros escogimos Lazise, quedaba de paso y nos pareció interesante pasar unas horas allí, aprovechando además el día soleado.
Y tan soleado… pasamos muchísimo calor, pero aún así mereció la pena.
Lo primero de todo decir que el coche lo dejas en un parking de pago que hay en la entrada. El acceso a la localidad está muy cerquita, apenas es cruzar la calle.
Y ahí nos tienes a los 3 parados frente a la puerta de entrada a Lazise, sin saber qué esperar porque se trata de una parada totalmente improvisada.
Vaya vaya con Lazise…
Encantadora villa rodeada por una muralla con torres.
El casco histórico está repleto de restaurantes y tiendecitas artesanales, un placer para el viajero que busca caminar sin pensar.
Recorrer el entramado de calles medievales, con la sombra que aportan y la cual agradecemos, te lleva a disfrutar de un bonito paseo hasta la «Dogana Veneta (la aduana)», lugar que sirvió en la época de la Serenísima para controlar la circulación marítima.
Nos consta que en esta zona se come muy bien, el vino, el aceite, el pescado… son protagonistas, pero estamos de paso y se está formando una tormenta, por lo que optamos por parar en un puesto que ofrece «pizza frita«.
Esto llama nuestra atención y por supuesto queremos probarlo. Delicioso.
En cuanto al ocio, puedes realizar deportes acuáticos, disfrutar conciertos de música e incluso puedes encontrar a pocos kilómetros un par de parques de atracciones, a los cuales nosotros no fuimos.
El ambiente en Lazise nos traslada a otro momento de la historia, y también nos recuerda al verano.
Un paseo por esta villa es suficiente para querer volver y seguir conociendo otras poblaciones que bordean el lago y que tienen una pinta estupenda…
A veces ocurre que visitas lugares que no tenias en tu lista, que ni siquiera habías planificado… pero que se convierten en lugares que no olvidarás jamás.
Ha sido una grata sorpresa, viva la improvisación con final feliz. Viva la aventura de viajar.
No te lo puedes perder… Hasta pronto Lago di Garda, nos volveremos a encontrar…
Con la barriga llena y el corazón contento, emprendemos camino hacia el siguiente destino en el que haremos noche.
¡Padua nos espera!
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