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«Bruseleando»

Descubriendo, comiendo y caminando

Hoy viajamos a Bruselas, capital de Bélgica, también conocida popularmente como la capital de la Unión Europea junto a Luxemburgo y Estrasburgo. ¿Plan ideal para un puente? …

Nuestro viaje a Bruselas surgió de una forma espontánea. Teníamos cuatro días del puente de la Hispanidad y buscábamos una capital europea.

Cómo llegar

Bruselas está a tres horas escasas en avión desde Madrid y ofrece varias posibilidades de traslado desde el aeropuerto al centro. Hay trenes a la ciudad cada 10-15 minutos así que está muy bien comunicado. También existe la opción del autobús pero tarda un poquito más, aunque es más económico.

Nosotros elegimos el tren, fue un viaje cómodo y rápido.

A 10 minutos caminando de la «Estación Central de Bruselas» se encuentra el centro histórico de la ciudad

¡Tip importante! Las calles están pavimentadas con preciosos adoquines, que suponen una tortura para el troley y tu brazo (una buena opción para el día de vuelta o para si solo vas a pasar un día en Bruselas es dejar tu equipaje en la consigna de la estación, son de gran capacidad, pero hay que estar atento y darse prisa porque están muy solicitadas).

Una vez llegamos al centro, la primera parada obligatoria no podía ser otra que empezar con nuestra degustación de gofres. Elegimos un sitio muy típico y probamos el gofre de «lieja» (hay dos variedades, el de Lieja más dulce y crujiente, y el de Bruselas más esponjoso y con menos sabor).

Hotel:

A nosotros nos gusta buscar uno que esté situado cerca del casco antiguo para así tenerlo todo a mano y poder optimizar tiempo.

Callejeando por Bruselas:

En esta ciudad no puedes dejar de ver su «Grand Place«, con todas las casas de los gremios que es espectacular, tanto de día como iluminada por la noche. Tuvimos un poco de mala suerte porque se estaban graduando los universitarios y habían montado un escenario enorme en medio de la plaza, lo cual modificaba un poco el paisaje… pero igualmente disfrutamos de este lugar.

Tampoco te puedes perder el famoso «Maneken Pis» que es uno de los símbolos de la ciudad, y representa el espíritu libre de sus habitantes. También tiene el aliciente de que le van cambiando de ropa, algo muy curioso, ya que tiene un armario extenso según el día y el acontecimiento o las visitas diplomáticas. A pocas calles, tienes la «Janeken Pis», la replica femenina, y un poquito más alejado del centro el «ZineKempis», su amigo de 4 patas.

Por las calles de Bruselas, puedes ir disfrutando de «La ruta del Cómic», muy importante en esta ciudad, puedes disfrutar de murales de «Tintín» o de «Astérix y Obélix», y ver sus múltiples escaparates llenos de curiosos habitantes, como, por ejemplo, los Pitufos, de origen belga.

Con el clima en Bruselas tuvimos suerte, porque era una temperatura agradable y aunque a ratos lloviznaba, te dejaba caminar sin problema y si el tiempo empeora siempre puedes coger un metro y moverte fácilmente por la ciudad.

Precisamente el metro lo cogimos para ir a ver el «Atomium», otro de los símbolos mundiales de Bruselas, es impresionante, está ubicado en un extenso y precioso parque y si quieres puedes subir a dos de las esferas y ver las fabulosas vistas que desde allí tienes.

Siguiendo con nuestra degustación de gofres probamos distintas variedades y todos buenísimos, la comida en Bruselas no defrauda.

Puedes encontrar muchísima oferta en lo que a tipos de comida se refiere: comida belga, comida internacional, comida rápida …no puedes perderte su famosa «mitraillette» (metralleta), se trata de un bocadillo de origen local que lleva carne, lechuga, patatas, salsa… Si te gusta el marisco no te vayas sin comer unas ostras…y si te apetec otra cosa, un fish & Chips, muy práctico, y, cómo no, sus mundialmente famosas patatas fritas y a precios bastante asequibles.

Todo ello acompañado por una de las muchas variedades de cerveza belga que puedes encontrar en sus múltiples bares.

No queremos olvidarnos del «chocolate», un «must» si vienes por aquí. Tienes a tu alcance un montón de establecimientos donde probar este delicioso alimento o si lo prefieres, visitar el «Museo del Chocolate».

Lo que es seguro es que no vendrás de Bruselas con el estómago vacío.

«Perdernos» por las calles de Bruselas nos encantó, tienes parques, palacios y además todo el barrio europeo con edificios que no hay que perderse. Da gusto visitar lugares así, que en cada rincón guardan algo interesante por ver, algo rico por comer, por admirar…

Excursiones:

Si tienes varios dias no pierdas la oportunidad de disfrutar de las famosas localidades cercanas.

En ésta ocasión nosotros elegimos Amberes, se puede ir en tren de forma cómoda y barata. Para organizar tu visita puedes consultar horarios en la web de trenes SNCB.

Amberes o Antwerpen significa lanzar la mano, porque cuenta la leyenda que había un gigante que no dejaba pasar a los barcos por el rio Escalda si no le pagaban, hasta que el heroe Silvio Brabo, le cortó una mano y la lanzó al rio. Puedes encontrar la estatua de este héroe lanzando la mano del gigante en «Grote Markt», en «La fuente de Brabo».

Amberes es una pequeña ciudad, pero preciosa, su plaza central «Grote Markt» tiene mucho encanto, la “Catedral de Nuestra Señora de Amberes” y por supuesto dejarte llevar por las calles de su casco antiguo es un si o si.

Mención aparte merece «el barrio de los diamantes», es un espectáculo ver todas las joyerías y si tienes la suerte de poder comprar un souvenir de esta embergadura, este sería el sitio perfecto ya que aquí está el centro mundial del mercado de diamantes).

Otras excursiones muy interesantes son «Gante» y «Brujas», pero lo dejamos para un próximo viaje.

Volveremos:

Aprovechamos nuestros cuatro días a tope, pateamos la ciudad a fondo, como has podido observar no pasamos hambre y volveríamos sin dudarlo. En definitiva , nos ha parecido una ciudad con mucho encanto y muy recomendable.

¡Hasta la próxima Bruselas!

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